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Los Rayos X – Su Uso en Odontologí­a

Para entender un poco mejor la importancia y repercusión que tienen los Rayos X veamos un poco de historia primero

El descubrimiento de los Rayos X así­ como otros avances de la ciencia se produjo por casualidad cuando el físico alemán Wilhem Conrad Roedtgen la noche del viernes 8 de Noviembre de 1895 estudiaba las propiedades de los rayos catódicos, se da cuenta de la existencia de una nueva fuente de energía hasta entonces desconocida y por ello la denomino radiación x.

En el transcurso del mes siguiente, aplicando los efectos de los Rayos X a una placa fotográfica, produjo la primera radiografía de la humanidad, la de la mano de su mujer.

El profesor WILHELM KOENIG  en Frankfurt, realizó catorce radiografí­as dentales en febrero de 1896, y el doctor OTTO WALKOFF  le pidió a su colega  y amigo FRIEDRICH GISEL, un profesor de Química y Física, que le tomara una radiografía de sus molares.

Desde entonces la humanidad da un gran giro en el mundo médico, ya que el interior de nuestro cuerpo no era un enigma sino que era posible visualizarlo desde adentro y confirmar con certeza lo que estaba sucediendo.

Debido a que los distintos tejidos y órganos tienen una sensibilidad distinta a la radiación, los equipos deben de programarse de acuerdo a las diferentes partes del cuerpo, así­ que el riesgo proveniente de un procedimiento de Rayos X varía según el área.

En términos sencillos, y para tener una idea clara a la exposición a la radiación proveniente de una radiografía de tórax es equivalente a la exposición a la que estamos expuestos en nuestro entorno natural durante 10 dí­as.

Al igual que con otros procedimientos médicos, los Rayos X no son peligrosos si se usan con cuidado. Los radiólogos y los tecnólogos de Rayos X han recibido capacitación para usar la menor cantidad necesaria de radiación para obtener los resultados necesarios. El diagnóstico por imágenes conducido en forma apropiada conlleva riesgos mí­nimos y debe ser realizado cuando es indicado clí­nicamente, es decir que los pacientes no deben auto indicarse radiografías y el personal que las realiza debe tener una prescripción del facultativo para su realización.

La cantidad de radiación usada hoy en día en la mayoría de los exámenes es muy pequeña, y los beneficios son mucho mayores que el riesgo.

Los Rayos X se producen solamente cuando se activa momentáneamente el interruptor. Siendo que desde el momento que se suelta el pulsador no queda radiación remanente, los equipos modernos también regulan el tiempo de exposición necesaria según el área que estamos estudiando. Cuanto más modernos son los equipos para realizar radiografías menor es la exposición que se necesita para su realización.

En odontología es casi imprescindible el uso de radiografías para poder obtener un buen diagnóstico y para la comprobación de que nuestro tratamiento va por buen camino y/o se ha realizado exitosamente.

Muchos pacientes llegan a la consulta atemorizados por el hecho de que han escuchado por diferentes vías la información del efecto dañino de estos rayos para la salud del paciente sobre todo para las glándulas tiroideas y los tejidos en formación es decir en el caso de una paciente embarazada.

Ciertamente la exposición continua a las radiografías sin la protección adecuada, incrementa el riesgo a padecer cáncer de tiroides  es por esta razón que se recomienda el uso de protección con delantal de plomo y de preferencia que posea un protector de cuello.

El riesgo para el bebé en una mujer embarazada no es tanto cuando hablamos de una radiografía diagnóstica dental , sin embargo es mejor el postergar la toma radiografía o de lo contrario por ser muy necesaria el paciente debe exigir la colocación de un delantal de plomo y asegurarse que los equipos utilizados no son muy antiguos y confiar en que el profesional está graduando dicho equipo con la cantidad de radiación necesaria para la zona que estamos estudiando.

No importa el tipo de radiografía que estemos realizando debe colocarse la protección adecuada y el paciente debe exigir el uso del mismo siempre.

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Desde ya hace algunos años la mayoría de los odontólogos prefieren las radiografías panorámicas ya que se obtiene una imagen generalizada de la boca del paciente con una dosis muy mínima para la realización de la misma y así obtener un diagnóstico más certero y confiable.

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En odontología las radiografías nos ayudan a ver la profundidad de caries, las lesiones periapicales tales como quistes, granulomas, los defectos óseos, las fracturas y fisuras de hueso, o de mandí­bulas, problemas periodontales, dientes retenidos, tratamientos insatisfactorios, entre otros.

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Con las radiografías laterales de cráneo se puede observar el perfil del paciente y realizar estudios cefalométricos con los cuales podemos diagnosticar y proyectar el tratamiento ortodóntico.

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Como podemos ver son múltiples los usos de los Rayos X en odontología, indispensables para un buen diagnóstico, un correcto pronóstico y un adecuado plan de tratamiento.

No debemos estar temerosos como pacientes al uso de las radiografías, sabiendo que el correcto uso cuando es indicado por un profesional y realizado con las normativas que exigen el protocolo y las protecciones adecuadas puede ser de gran ayuda.

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